jueves, 29 de octubre de 2009

Desde el Búnker de Acir Deportes

Jueves 29 de Octubre de 2009
Por: Omar Gómez Pensado

El Juego #1 de la Serie Mundial terminó siendo tanto un gran duelo de pitcheo, como un encuentro definido por batazos de poder. Suena paradójico, pero es precisamente lo que sucedió.

CC Sabathis aguantó un estupendo duelo de serpentinas hasta la séptima entrada, dejando el encuentro con desventaja para Nueva York de 2 carreras por 0, producto exclusivo de los homeruns solitarios de Chase Utley en el tercer y sexto rollos. De hecho, en la campaña, Sabathia no le había permitido cuadrangulares a bateadores zurdos y ayer sucedió dos veces.

Cliff Lee, por su parte, dio una magnífica exhibición, tirando el primer juego completo en Clásico de Otoño desde la campaña de 2003, cuando Josh Beckett ganó el encuentro definitivo para que los Marlins se coronaran.

La entrada cumbre del zurdo ganador del Cy Young de la Liga Americana el año pasado, fue la cuarta, cuando ponchó en fila a los toleteros 3,4 y 5 en el lineup de los Yanquis: Mark Teixeira, Alex Rodríguez y Jorge Posada. Incluso el llamado A-Rod terminó con tres chocolates recetados por Lee.

Las estadísticas no juegan, pero cómo orientan. Habiendo dicho esto, les comento que los últimos seis equipos que ganaron el primer juego del Clásico de Octubre y 10 de los últimos 11, terminaron alzándose con el título.

Esta noche se realizará el segundo encuentro de la serie, con el dominicana Pedro Martínez abriendo por los Phillies y AJ Burnett por los “Bombarderos del Bronx”.

Ya en otro orden de ideas, les platico que la guillotina empezó a funcionar en la Liga Mexicana del Pacífico. El primer degollado ha sido el puertorriqueño Lino Rivera, quien luego de lograr sólo 3 victorias por 10 derrotas con Algodoneros de Guasave, fue despedido ayer, tras el descalabro ante Mayos de Navojoa, su cuarto de forma consecutiva.

La inmediatez en la necesidad de dar resultados en nuestro circuito invernal provoca este tipo de decisiones a todas luces precipitadas, pero ni hablar, cuando se tienen 38 años sin ser campeón, las vísceras gobiernan.

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